La gastronomía argentina va a «elevar su vara» con la llegada de la Guía Michelin

La restauración en Argentina, país que tiene «un potencial gastronómico increíble», va a «elevar la vara» de su calidad a partir de la inclusión de Buenos Aires y Mendoza como los dos primeros destinos latinoamericanos de habla hispana en la edición 2024 de la prestigiosa Guía Michelin.

Así lo expresaron, en una entrevista a EFE, el ministro argentino de Turismo y Deportes, Matías Lammens, y la directora de Comunicaciones Global de la Guía Michelin, Elisabeth Boucher-Anselin.

Tras la presentación, el martes, del desembarco en Argentina de la ‘biblia’ de la gastronomía mundial en un evento de alto nivel que reunió a prensa especializada, políticos y representantes del mundo empresarial, ambos compartieron la enorme expectativa que genera la elección de esos dos polos turísticos hasta 2025 y cuyos primeros restaurantes seleccionados se conocerán el 24 de noviembre.

«Argentina tiene un potencial gastronómico increíble. Sabemos que Buenos Aires y Mendoza son contextos culinarios de talla mundial y queremos, justamente, poner el foco en ambas para atraer a todos los viajeros del mundo a esos lugares para que se queden más tiempo y para que se diviertan», explica Boucher-Anselin.

TALENTO ¿DE REGRESO?

Para el ministro argentino, la entrada de Buenos Aires -capital del país y destino en el que los visitantes pueden elegir cultura, gastronomía o fútbol, entre numerosos atractivos- y Mendoza -situada a los pies de la cordillera andina y con un turismo ligado a su producción vitivinícola- acarrea «un crecimiento simultáneo lateral del resto», por lo que el deseo es que «haya más destinos».

«Esto lo que hace es, sin ninguna duda, elevar la vara, hace subir el nivel de la gastronomía argentina, es obligarnos a más. Argentina tiene chefs y cocineros reconocidos internacionalmente», recordó Lammens.

Nombres como los de Mauro Colagreco, tres veces ganador de la estrella Michelin en Francia; Paulo Airaudo, en dos ocasiones en España; o Agustín Ferrando, una en Hong Kong, vienen a la mente al hablar del talento que Argentina podría recuperar en un futuro en un plan que, como sugiere el ministro, debería ser «el próximo paso».

«Creo que habría que buscar esos chefs que tienen estrellas en el mundo y que son argentinos, darles la posibilidad de tener un crédito accesible, fácil, liviano, para que se instalen en Argentina», detalló Lammens, quien agregó que eso crearía «un círculo virtuoso», al tratarse de un sector que generaría inversiones y empleo.

UN RESTAURANTE, UN DESTINO

La Guía Michelin, que cuenta con más de 40 destinos en el mundo, con Brasil como único latinoamericano hasta la inclusión de Argentina -el primero de habla hispana en la región-, fue creada en 1900 por la empresa de neumáticos para fomentar la movilidad en automóvil mediante la recomendación de establecimientos gastronómicos y hoteleros útiles para la ruta.

Sin embargo, actualmente la publicación está consolidada como referencia para los amantes del turismo gastronómico y, según Boucher-Anselin, considerando que «un restaurante es el lugar donde uno reúne a la familia, a la pareja y los amigos» cualquiera está «dispuesto a desplazarse porque realmente considera que un restaurante es un destino», lo que supone «un cambio de tendencia».

En esa reinterpretación para el viajero, Argentina se sitúa «en un lugar de privilegio» al ser considerado por la publicación, explica el ministro de Turismo, quien defiende que su país «es el destino gastronómico de Sudamérica por excelencia».

Además de la carne a la parrilla y el vino, claves en la cocina argentina, Lammens pone el acento en que la extensa geografía del país y la ascendencia inmigrante de su población proporcionan una «mixtura» que tiene su reflejo en la gastronomía.

En ese sentido, citó las delicias culinarias de la Patagonia -donde el cordero y la trucha encabezan los menús-, del noroeste -donde recetas andinas ancestrales ganan terreno- o del noreste -donde se consume mucho pescado de río.

No obstante, y como buen «fanático» de su país, recomendó la «buena carne», sobre todo porque en la celebración de un asado -como «una cuestión social» en el Río de la Plata- «pasan un montón de cosas, además de lo específicamente gastronómico».

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